Justo cuando sentía que debía renunciar a “nosotros”, tú volteaste y me diste una última caricia que hizo sentir mejor todo, pero aún así, mis ojos se echaron a llorar. Tan confundida, quise preguntarte si me querías, pero no quería parecer tan débil. Tal vez he estado soñando. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario