Sin importar el silencio, yo estoy, y me duele como siempre saber en qué andas, y aunque trate de combatir ese sentimiento de vació y reemplazo, me resulta imposible. Pareces estar bien y lo cierto es que yo no estoy bien, a veces me gustaría que estés al lado mío, y no puedo hacer nada al respecto, porque aunque fuera posible, ya no me permito rebajarme más.
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