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3.4.12

Ahora que parece “para siempre” no dura tanto, que nunca, que toda la vida de repente es un rato, digo, ahora igual que antes, puedes para siempre, odiarme… por un rato. O puedes para toda la vida, olvidar que también hubo alegrías, pero si prefieres quedarte con años que olvidaste, entonces, voy a pedirte que no me nombres, para siempre, no me nombres, por ese rato que es toda la vida. Lo mejor lo voy a seguir dando, te estoy cuidando, para siempre de mi, de que no, no me nombres, por favor. Puedes olvidarme para toda la vida, olvidar que también hubo alegrías, pero si prefieres quedarte con años que olvidaste, entonces, voy a pedirte que no me nombres.